ENTRENARSE EN VERANO: INSTRUCCIONES DE USO
No hay estaciones buenas o malas para hacer deporte, pero cada condición meteorológica implica tomar ciertas precauciones para entrenar de la mejor manera posible, especialmente en verano, cuando las altas temperaturas ponen a prueba nuestro rendimiento deportivo. Después de haber analizado los aspectos más importantes de la práctica del running durante el invierno, ahora continuamos con algunos consejos útiles para disfrutar de la estación más calurosa. Espóiler: ¡Cuidado con exagerar!
Running y hacer deporte en verano: alternar los entrenamientos
Quien no ve la hora de terminar de trabajar para salir a correr sabe que el verano trae consigo muchos aspectos positivos, empezando por los días más largos que te dan la oportunidad de entrenarte al aire libre, sin llevar linternas frontales ni chalecos reflectantes.
Sin embargo, correr no es la única actividad de la que se puede disfrutar en verano. Los runners y todos los apasionados de deportes tienen la oportunidad de ampliar su abanico de actividades durante unos meses, mejorando su rendimiento y poniendo a prueba su resistencia y sus pulmones con deportes de resistencia al aire libre, tales como,
- el Trail running, es decir, la carrera practicada en terrenos no asfaltados con senderos caracterizados por pendientes y depresiones naturales.
- Ciclismo, útil para mejorar la resistencia cardiovascular y muscular.
- Natación: running y natación son dos actividades que, al combinarse, crean un entrenamiento completo lleno de beneficios. En efecto, el agua mejora la resistencia y el tono muscular, y refuerza los sistemas cardiovascular y respiratorio.
Sin embargo, es bien sabido que entrenarse en verano también implica tomar precauciones para evitar el calor excesivo y todos los problemas que acarrea.
Los consejos que te damos a continuación no te parecerán vanguardistas, sin embargo, eso no quita que sigan siendo válidos para hacer de la salud de tu cuerpo una prioridad absoluta, sin renunciar al deporte.
Cómo organizar los entrenamientos en verano
La regla de oro para correr en verano es evitar absolutamente las horas de más calor. Los mejores momentos para entrenar son por la mañana y por la tarde, cuando la temperatura está más fresca. La situación cambia ligeramente cuando se trata de la natación y los deportes acuáticos en general: siempre es mejor evitar las horas punta, pero no es necesario esperar a la tarde.
También es importante organizar sesiones de entrenamiento: como ya hemos dicho, la prioridad es el bienestar del cuerpo. La mejor solución sería salir a correr con menos frecuencia de la acostumbrada, alternando con otras actividades deportivas útiles para mejorar el tono muscular y la resistencia.
Además, cada estación se caracteriza no solo por el clima y las temperaturas diferentes, sino también por ritmos biológicos distintos que influyen en el organismo, obligándolo a reequilibrarse cada vez. Por eso es importante dar tiempo al cuerpo para que se acostumbre al entrenamiento en verano.
Entrenar a un ritmo demasiado intenso puede ser contraproducente en verano: es importante dejar que tanto el cuerpo como el sistema nervioso se adapten al aumento de la temperatura, variando gradualmente tanto la intensidad de las sesiones de entrenamiento como las actividades deportivas practicadas y evitando entrenar en los días calurosos.
Deporte en verano e hidratación
Hidratarse correctamente al correr o practicar cualquier tipo de deporte es fundamental en cualquier estación, pero en verano aún más.
Reponer siempre los líquidos perdidos durante el entrenamiento es esencial, ya que la deshidratación provoca el deterioro de todas las funciones fisiológicas, empezando por el sistema cardiovascular. La deshidratación, de hecho, puede reducir el volumen total de sangre y la presión sanguínea, lo que provoca una disminución del flujo sanguíneo y del aporte de oxígeno a los músculos, el cerebro y la piel, que favorecen la termorregulación, y, en consecuencia, también compromete las funciones musculares, respiratorias y cognitivas.
Por lo tanto, el consejo es beber agua regularmente a lo largo del día, incluyendo centrifugados y batidos de fruta y verdura como tentempiés, que tienen la ventaja de contribuir a la ingesta tanto de agua como de vitaminas y sales minerales. Eso no es todo: cuando se practica deporte en verano, es una buena idea considerar la posibilidad de reponer los nutrientes perdidos a través del sudor también mediante complementos diseñados específicamente para las necesidades de los deportistas. Por ejemplo, Hydral es el complemento rehidratante en stick para disolver en agua, con el que se prepara una solución útil para rehidratar el cuerpo cuando se suda mucho y para reducir la sensación de fatiga.
La nutrición, así como una hidratación adecuada, siempre es un componente clave para cualquier persona que practique una actividad deportiva constante. En verano, como ya hemos mencionado, es necesario reponer más sales minerales y vitaminas de lo habitual. Por tanto, luz verde a grandes cantidades de verduras y frutas de temporada, acompañadas de pescado fresco, rico en sustancias extraordinarias tanto para la salud como para favorecer el bienestar del organismo durante y después la práctica deportiva.
Los alimentos ricos en antioxidantes no pueden faltar en el plan de nutrición de quienes practican running o deportes de resistencia en verano, ya que ayudan a contrarrestar los efectos del estrés oxidativo, reducen los estados inflamatorios y favorecen la recuperación muscular y energética.
Deporte en verano: la importancia de la recuperación
Es fundamental no olvidarse nunca que un entrenamiento excesivo, sobre todo en verano, puede ser contraproducente y sobrecargar el organismo de estrés y fatiga. Entre las sesiones de entrenamiento, es importante dejar tiempo para recuperarse, para que los músculos y todo el cuerpo vuelvan a los niveles ideales de energía y bienestar.
Si durante una sesión de actividad deportiva se siente mucha sed, calambres, debilidad generalizada, mareos, náuseas o dolores de cabeza, es necesario detenerse y descansar. El cuerpo tiene su propia forma de reaccionar para protegerse del calor y estos síntomas son una advertencia, nos dicen que necesita más tiempo para recuperarse: ¡escúchalo y date uno o más días de descanso!