Nutrición deportiva para deportistas con intolerancias alimentarias
La nutrición deportiva es indispensable para garantizar un alto rendimiento al deportista durante la actividad física. Además, solo con una nutrición deportiva adecuada el deportista puede garantizar el bienestar físico: dentro y fuera del campo. Por este motivo, todo deportista debe verificar -con la ayuda de profesionales del sector- las posibles intolerancias alimentarias que puedan afectar no solo su rendimiento deportivo sino también, y sobre todo, su salud.
Qué son las intolerancias alimentarias y por qué pueden ser peligrosas para nuestra salud
E Instituto Superior de Salud de Italia explica que las intolerancias alimentarias pertenecen al grupo de trastornos que provocan reacciones adversas a los alimentos. Las intolerancias alimentarias son más frecuentes que las alergias, y se diferencian de estas porque la reacción no es desencadenada por el sistema alimentario. Las intolerancias alimentarias más comunes son las enzimáticas, es decir, aquellas debidas a la incapacidad, por defectos congénitos, de metabolizar determinadas sustancias presentes en el organismo. Entre las intolerancias alimentarias más comunes cabe citar aquellas de la lactosa, un azúcar contenido en la leche, o la enfermedad celiaca, es decir, la intolerancia al gluten, una proteína presente en el trigo.
El diagnóstico de las intolerancias alimentarias se realiza con una dieta de exclusión, que es posible tras una serie de estudios que excluyen una alergia alimentaria. Siguiendo el consejo de un médico, se identifica el alimento sospechoso: se elimina de la dieta durante 2-3 semanas y luego se reintroduce durante otras 2-3 semanas. Si los síntomas desaparecen al eliminar el alimento de la dieta y vuelven a aparecer al reintroducirlo, se trata de una intolerancia alimentaria. El tratamiento de las intolerancias alimentarias, al igual que el de las alergias, consiste en eliminar de la dieta (o consumir en cantidades mínimas) los alimentos que desencadenan reacciones adversas para nuestra salud. Los síntomas más comunes son flatulencia, diarrea, hinchazón y dolor abdominal.
Las intolerancias alimentarias disminuyen el rendimiento deportivo del deportista
Como hemos visto, no controlar las intolerancias alimentarias puede afectar nuestra salud. Los síntomas provocados por la ingesta de sustancias a las que nuestro organismo es intolerante tienen un impacto significativo en el bienestar psicofísico del deportista. El riesgo es provocar estados inflamatorios generalizados y trastornos de diversa índole, tanto físicos con episodios de diarrea, estreñimiento, vómitos y dolores de cabeza, como psicológicos con un estado general de estrés y agotamiento. Son síntomas que inevitablemente también afectan de forma negativa al rendimiento del deportista, así como a su salud.
Por eso, «eliminar» de la nutrición deportiva todos aquellos alimentos a los que el deportista es intolerante aporta solo beneficios, tanto en términos de bienestar como de rendimiento: por un lado, elimina las molestias causadas por los alimentos mal tolerados y, por otro, proporciona más energía y lucidez durante la actividad física. De esta manera se reducen los riesgos de lesiones de la masa muscular, como desgarros y distensiones, y también se optimiza la masa magra del cuerpo. Esto también aporta claras ventajas en la fase de recuperación, ya que el cuerpo estará menos fatigado.
La nutrición deportiva para quienes sufren de intolerancias alimentarias
Si a un deportista se le diagnostican intolerancias alimentarias, el consejo es que consulte a un experto en materia, como un nutricionista, que elabore una dieta específica para el deportista, ya sea aficionado o de competición, de manera que se combinen las necesidades fisiológicas del cuerpo con el mantenimiento de un alto rendimiento en el campo. Es lo que han hecho grandes campeones como Novak Djokovic o Martín Castrogiovanni: ambos celíacos. Si bien es cierto que la enfermedad celiaca conlleva la eliminación del gluten de nuestra dieta deportiva, y por ende la eliminación del trigo y otras variedades de cereales, también es cierto que estos no son los únicos hidratos de carbono que podemos consumir en nuestra dieta.
Siguiendo las precauciones adecuadas será posible mantener el justo equilibrio entre los macronutrientes que deben componer nuestra nutrición deportiva, en la que los hidratos de carbono deben representar alrededor del 55%. Entre los cereales sin gluten que no deben faltar en la dieta deportiva de un atleta están el arroz, el trigo sarraceno, el mijo, el amaranto, el maíz y, sobre todo, la quinoa, un excelente combustible durante la actividad física. Y también están las patatas, que no pueden faltar, entre otras cosas porque son ricas en potasio, otro mineral esencial que hay que consumir tanto antes como después del entrenamiento.
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