Contracturas musculares: por qué se forman y cómo eliminarlas
¿Qué es una contractura muscular? ¿Cuáles son los músculos más propensos a sufrir contracturas y los remedios más eficaces para relajarlos y eliminar las molestias? Algunos consejos de nuestros fisioterapeutas…
Cuando hablamos de contracturas musculares, a menudo nos referimos a un dolor que no se identifica con precisión, sobre todo en la espalda o las piernas. En realidad, una contractura muscular es una contracción involuntaria o un espasmo doloroso que persiste en el tiempo. Las contracturas pueden producirse en un punto concreto, a menudo en los llamados «puntos gatillo» (trigger points), o en todo un haz muscular.
Los principales síntomas de las contracturas se manifiestan por un dolor agudo y localizado durante la contracción del músculo en cuestión, acompañado de rigidez al tacto y, en algunos casos, también asociado a una limitación del movimiento articular, como la dificultad para girar el cuello.
¿Por qué se forman las contracturas musculares? Las causas más comunes.
Las contracturas musculares no son más que un acto defensivo del cuerpo humano, que se desencadena cuando un músculo se tensa más allá de sus capacidades, o para proteger una articulación dolorida e inflamada restringiendo su movimiento. Una contractura puede formarse por diversos motivos, entre ellos: movimientos bruscos y repentinos, un esfuerzo excesivo durante el entrenamiento la falta de un adecuado calentamiento y estiramiento. Entre las causas más comunes figuran los problemas posturales, las posturas incorrectas mantenidas durante mucho tiempo (¿quién de nosotros no se queda dormido en el sofá, por ejemplo?), las intervenciones quirúrgicas, pero también el estrés emocional o un estilo de vida demasiado sedentario.
¿Qué zonas del cuerpo son más propensas a las contracturas musculares?
- Contractura del cuello: El cuello es quizá la zona en la que con más frecuencia se generan contracturas musculares, debido sobre todo al estrés y las tensiones emocionales que se acumulan en este segmento. En casos graves, si no se tratan rápida y adecuadamente, pueden desembocar en una auténtica tortícolis. Los músculos más afectados son el Elevador de la escápula y las fibras superiores del Trapecio, con síntomas dolorosos especialmente durante los movimientos de rotación.
- Contractura dorsal: otra zona en la que suelen producirse contracturas es el segmento muscular situado entre los omóplatos. En la mayoría de los casos se debe a movimientos bruscos y repentinos (¡incluso un estornudo fuerte o toser repetidamente!) o a un esfuerzo intenso. Los músculos más afectados son los Romboides, las fibras inferiores del Trapecio y el Dorsal Ancho. En este caso, el dolor aumenta con los movimientos de rotación del tronco o la respiración profunda.
- Contractura lumbar: las fuertes contracturas musculares en esta zona provocan lo que comúnmente se denomina «lumbalgia aguda», es decir, un dolor agudo en la zona lumbar con dificultad de movimiento. Las causas de este tipo de contractura pueden ser el levantamiento de un objeto pesado del suelo, o una postura flexionada incorrecta mantenida durante mucho tiempo. Los músculos más afectados son el Cuadrado Lumbar, los Paravertebrales y el Dorsal Ancho.
- Contractura de hombro: el hombro es una articulación muy compleja y en ella se producen frecuentes contracturas, que causan dolor y restringen el movimiento. Suelen estar provocadas por sobrecargas o disfunciones posturales. Los músculos más afectados son las fibras superiores del Trapecio, el Infraespinoso, el Supraespinoso, el Pectoral Menor y el tramo final del Dorsal Ancho.
- Contractura en la pierna: La extremidad inferior se ve afectada a menudo por contracturas musculares que, sobre todo en los deportistas, se perciben como punzadas dolorosas durante el entrenamiento o el partido. En algunos casos, también se forman tras una intervención quirúrgica, como una operación de LCA (ligamento cruzado anterior). Los músculos más afectados por las contracturas son el Tríceps Sural (pantorrilla), el Bíceps Femoral, los Aductores y el Cuádriceps.
Remedios y tratamientos para eliminar las contracturas musculares
El tratamiento de las contracturas suele ser sencillo y la curación rápida. Sin embargo, sobre todo en el caso de las contracturas repentinas de las extremidades inferiores, es fundamental realizar un diagnóstico diferencial para excluir una distensión o un desgarro muscular que podría empeorar si se trata como una simple contractura.
Una contractura suele curarse por sí sola en un máximo de una semana de reposo de la actividad física. Para acelerar la recuperación, los remedios más útiles son el calor y los tratamientos de fisioterapia, como los masajes descontracturantes y la Tecarterapia. En cambio, el uso de fármacos como los AINE o los relajantes musculares debe reservarse para los casos más graves y sólo si son prescritos por el médico.
Otra cosa son las contracturas musculares crónicas debidas a problemas posturales. En estos casos, para una resolución definitiva, es necesario una evaluación postural para identificar la causa precisa y luego planificar el tratamiento más adecuado junto con un fisioterapeuta, un experto en posturología, un osteópata o un entrenador personal con la formación adecuada.